Por: Edgar Pérez Gallo, Pbro. – Canciller Diocesano

En este año 2024 dedicado a la Oración, celebrar los Misterios de la fe en nuestra Iglesia Cristiana ha de ser una experiencia grandiosa para vivir un verdadero encuentro con Jesús en un ambiente familiar. Estás invitado a darte un tiempo en este Triduo Pascual para vivir este encuentro, con Dios, con tu hermano y contigo mismo.

El Triduo Pascual está comprendido de tres días en los cuales celebramos el Misterio Salvífico de Cristo, centro de la liturgia y de la fe en toda nuestra Iglesia. El Misterio Pascual se extiende como un tríptico, en donde forma un todo, comprende los días Jueves, Viernes y Sábado Santo, que nos preparan para vivir la fiesta de la Pascua en el Señor.

Es necesario vivir, participar y sentir durante los tres días un verdadero encuentro, en donde conmemoramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, Nuestro Salvador.

Quien se cohíbe de participar en estos días no experimenta la celebración del Misterio Pascual; de otro modo, se puede decir que no vivió la Semana Santa; perdió la oportunidad de colmarse de la Gracia del Señor, la dejó pasar. En estos días celebramos acontecimientos que enmarcan nuestra fe.

El Jueves Santo se inicia conmemorando “in coena Dominus” – la Cena del Señor – con la Institución de la Sagrada Eucaristía, el gesto de oblación del servicio y el mandato del amor. Al finalizar esta celebración, existe en la liturgia un momento solemne, la adoración a Jesús Sacramentado, un tiempo oportuno para sentir desde la oración un encuentro profundo e íntimo con Aquel que nos bendice diariamente.

El Viernes Santo se dedica a la evocación de la Pasión y muerte de Jesús en la Cruz. Para el Cristiano, la Cruz es el signo de esperanza de Salvación.

El Sábado Santo se medita el descanso de Jesús en el sepulcro hasta las horas de la tarde. En la noche se celebra la Vigilia Pascual, para vivir la alegría de la Resurrección, la cual culmina con el Domingo, día del Señor, Domingo de Pascua y Resurrección.

El Cristiano Católico en estos tres días del Triduo Pascual experimenta que el dolor no tiene la última palabra, sino que todo llega a un fin donde reina el gozo, la felicidad. Jesús manifiesta a sus discípulos “ustedes están tristes, pero vuestra tristeza se cambiará en alegría” (Jn16,20).

Estamos invitados a sentir en este “año de la oración” la misericordia del Señor, donde la Resurrección es nuestra Pascua, es el paso de la muerte a la Vida, de la oscuridad a la luz. No dejes pasar este tiempo de Gracia y Bendición.

Con mis mejores deseos, Feliz Pascua de Resurrección.